Iberdrola y Unión Fenosa se retiran del proceso, al creer “excesivo” el precio de venta de 2.200 millones.
La operación de relevancia singular que espera Gas Natural es sólo cuestión de tiempo. La compañía tiene la atención puesta en México, y a pesar de que se desconocían sus pretensiones al otro lado del Mar Atlántico, ha sorprendido a todos al colarse entre las ocho finalistas en la difícil pugna para hacerse con los activos que la francesa EDF ha puesto en venta en este país.
El proceso de venta de estas centrales ha suscitado gran expectación y han sido muchas las compañías que han concurrido al mismo para conseguir el caramelo de las cinco centrales del gigante francés de producción de electricidad de ciclo combinado (alimentadas por gas natural), con una potencia de 2.232 megavatios (MW), que representa una cuota del 5% del mercado mexicano.
EDF anunció la venta de estas plantas a principios de año, debido a la reestructuración que está realizando en su negocio internacional, y Unión Fenosa e Iberdrola señalaron entonces que estudiarían la operación atentamente, aunque, según fuentes de ambas compañías, finalmente se han retirado del proceso al creer “excesivo” el precio de venta.
En un principio se comentó que el importe de las centrales superaría los 1.100 millones de euros, puesto que ésta fue la inversión de EDF en el país. Sin embargo, estas cinco centrales han experimentado una gran revalorización y el precio de la oferta casi se ha duplicado, rondando ya los 2.200 millones de euros.
Estos números no han desanimado a Gas Natural, que discretamente se postuló como candidato a adquirir estas plantas y que declinó hacer algún comentario sobre el asunto al entender que se trata de un proceso confidencial. Si la gasistas se hace con estas centrales se colocará como el segundo productor privado en México, por detrás de Iberdrola, que cuenta con 5.000 MW. El tercer puesto lo ocuparía Unión Fenosa, con tres plantas y 1.550 MW, aunque el principal productor del país es el grupo estatal Comisión Federal de la Energía (CFE).
Pero la compañía que preside Salvador Gabarró no las tiene todavía todas consigo y tendrá que seguir compitiendo con siete grandes grupos a escala mundial, que son Intergen, de Estados Unidos; Suez-Tractebel, de Francia; Mitsui y Marubeni, de Japón, así como los fondos Goldman Sachs y Global Fund. La sorpresa ha sido una empresa proveniente de Malasia con un gran interés.
EDF, que está siendo asesorada en esta desinversión por el banco de negocios JP Morgan, espera que a finales de junio estas empresas presenten una oferta formal por las cinco centrales que tendrán un único destinatario.
Apuesta por México
Gas Natural tiene un gran interés en aumentar su peso en electricidad y esta apuesta por México está en linea con sus plantes de inversión. Desde junio del 2000, la compañía gestiona y opera la distribución de gas natural en la Ciudad de México. Actualmente, está presente en 14 de las 16 delegaciones políticas de esta capital, en las que planea invertir más de 200 millones de euros para continuar con la expansión y desarrollo de la actual red.
Con este salto a la generación, la compañía aprovechará las ventajas de la legislación mexicana, que garantiza la rentabilidad de toda su vida útil. Los productores suelen firmar contratos dolarizados con la CFE por 25 años, ofreciendo un marco regulatorio estable, algo que las compañías tienen muy presente tras los problemas en Latinoamérica.
La operación de relevancia singular que espera Gas Natural es sólo cuestión de tiempo. La compañía tiene la atención puesta en México, y a pesar de que se desconocían sus pretensiones al otro lado del Mar Atlántico, ha sorprendido a todos al colarse entre las ocho finalistas en la difícil pugna para hacerse con los activos que la francesa EDF ha puesto en venta en este país.
El proceso de venta de estas centrales ha suscitado gran expectación y han sido muchas las compañías que han concurrido al mismo para conseguir el caramelo de las cinco centrales del gigante francés de producción de electricidad de ciclo combinado (alimentadas por gas natural), con una potencia de 2.232 megavatios (MW), que representa una cuota del 5% del mercado mexicano.
EDF anunció la venta de estas plantas a principios de año, debido a la reestructuración que está realizando en su negocio internacional, y Unión Fenosa e Iberdrola señalaron entonces que estudiarían la operación atentamente, aunque, según fuentes de ambas compañías, finalmente se han retirado del proceso al creer “excesivo” el precio de venta.
En un principio se comentó que el importe de las centrales superaría los 1.100 millones de euros, puesto que ésta fue la inversión de EDF en el país. Sin embargo, estas cinco centrales han experimentado una gran revalorización y el precio de la oferta casi se ha duplicado, rondando ya los 2.200 millones de euros.
Estos números no han desanimado a Gas Natural, que discretamente se postuló como candidato a adquirir estas plantas y que declinó hacer algún comentario sobre el asunto al entender que se trata de un proceso confidencial. Si la gasistas se hace con estas centrales se colocará como el segundo productor privado en México, por detrás de Iberdrola, que cuenta con 5.000 MW. El tercer puesto lo ocuparía Unión Fenosa, con tres plantas y 1.550 MW, aunque el principal productor del país es el grupo estatal Comisión Federal de la Energía (CFE).
Pero la compañía que preside Salvador Gabarró no las tiene todavía todas consigo y tendrá que seguir compitiendo con siete grandes grupos a escala mundial, que son Intergen, de Estados Unidos; Suez-Tractebel, de Francia; Mitsui y Marubeni, de Japón, así como los fondos Goldman Sachs y Global Fund. La sorpresa ha sido una empresa proveniente de Malasia con un gran interés.
EDF, que está siendo asesorada en esta desinversión por el banco de negocios JP Morgan, espera que a finales de junio estas empresas presenten una oferta formal por las cinco centrales que tendrán un único destinatario.
Apuesta por México
Gas Natural tiene un gran interés en aumentar su peso en electricidad y esta apuesta por México está en linea con sus plantes de inversión. Desde junio del 2000, la compañía gestiona y opera la distribución de gas natural en la Ciudad de México. Actualmente, está presente en 14 de las 16 delegaciones políticas de esta capital, en las que planea invertir más de 200 millones de euros para continuar con la expansión y desarrollo de la actual red.
Con este salto a la generación, la compañía aprovechará las ventajas de la legislación mexicana, que garantiza la rentabilidad de toda su vida útil. Los productores suelen firmar contratos dolarizados con la CFE por 25 años, ofreciendo un marco regulatorio estable, algo que las compañías tienen muy presente tras los problemas en Latinoamérica.
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