Los precios del petróleo siguen imparables en su ascenso llegando a casi 120 dólares el barril al momento de realizar la presente entrega. Generación térmica con sucios, contaminantes e ineficientes combustibles como el carbón con escenarios de precios entre cinco a 10 dólares/MMBTU, diesel oil 15 a 20 dólares/MMBTU, fuel oil entre ocho a 14 dólares/MMBTUL o el más limpio y eficiente gas natural entre seis y 12 dólares/MMBTU, son las alternativas térmicas que se tienen en casi la mayoría de los países de Latinoamérica y el Caribe.
Otras alternativas de energías renovables para la generación eléctrica como la eólica, la solar y la geotérmica son limitadas en su oferta y radio de aplicación. En definitiva, donde todavía gran un gran potencial (70%) por desarrollar es en la hidroelectricidad. Recordar que entre 1980 y 1995, la capacidad instalada de termoelectricidad creció anualmente al 2,2%, mientras que la hidroelectricidad lo hizo al 5,5%. A partir de 1995, esta tendencia se revierte y para el período 1995 al 2006 la termoelectricidad crece al 6%, mientras que la hidroelectricidad lo hizo al 2.8%.
Estas tasas de crecimiento van en paralelo con las reformas estructurales y privatizaciones del sector energético en casi todos los países de la región, con una evidente constatación, que al capital privado no le agradan mucho los proyectos hidroeléctricos en la región por una serie de razones que se citan a continuación.
1) Menor inversión inicial de 400 a 900 dólares/MW para los proyectos termoeléctricos contra 1,000 a 1,7000 dólares/MW para los proyectos hidroeléctricos; 2) Alta inversión inicial hace que el período de recuperación sea mucho más largo, traduciéndose en un mayor riesgo financiero, que se agrava por la inseguridad jurídica que caracteriza a buena parte de los países de la región; 3) Tiempos de desarrollo, que en la hidroelectricidad van de tres a cinco años, para las termoeléctricas de un año y algunos meses; 4) Alta oposición ambiental y social para las hidroeléctricas por algunas malas e indebidas prácticas en el pasado 5) En un ambiente de cambio a las reglas de juego, facilidad de trasladar una termoeléctrica 6) Varias otras.
Los altos precios de los hidrocarburos y de la energía en general, ha hecho que los Estados tomen un mayor control sobre los energéticos y se preocupen más por la planificación energética, fortalecer empresas estatales de energía, estimular la eficiencia energética e impulsar proyectos hidroeléctricos. Así, en los pasados dos a tres años se vienen gestando un sin número de nuevos proyectos hidroeléctricos en toda la región, la gran mayoría impulsados por el Estado y/o las empresas estatales de energia.
Empero, enconados opositores ambientales, mayormente ONG, que muchas veces ven en la oposición por oposición un muy buen negocio, están complicando el desarrollo de esta abundante, económica y limpia fuente de energía en la región. Eso sí, a los proyectos que se desarrollen, se tendrá que demandarles un muy alto grado de responsabilidad ambiental y social durante la construcción y operación de estos proyectos, minimizando con tecnología y recursos los impactos sociales y ambientales que pudieran darse.
A continuación citaremos algunos proyectos en la región que avalan la tendencia que hemos señalado:
En Chile (recordemos la seguridad jurídica), hace aproximadamente dos a tres años fue inaugurada la central hidroeléctrica de Ralco con 690 MW. El proyecto de Aysen, pretende incorporar una capacidad hidroeléctrica de 2.750 MW con inversiones cercanas a los 3.000 millones de dólares. Existen además una serie de proyectos hidroeléctricos menores principalmente de pasada como La Paloma.
En Ecuador, de la mando del Estado acaba de lanzarse la construcción del proyecto mas grande de ese país, Coca Codo Sinclair, que demandará una inversión de 1.600 millones de dólares, para generar 1.500 MW. Se evalúan también con el impulso del Estado otros proyectos hídricos como los de Sopladora, Mazar y Minas Jubones.
En Argentina se encara la construcción de las represas hidroeléctrica de La Barrancosa y Cóndor Cliff Cóndor-Cliff, en Santa Cruz, que tendrá una inversión a los 3.000 millones de dólares que vendría a ser el tercer complejo hidroeléctrico en importancia en ese país después de Yaciretá y Salto Grande. Eletrobrás, que esta tratando de convertirse en una empresa de energia corporativa al estilo Petrobrás, esta impulsando dos proyectos hidroeléctricos fronterizos de tipo binacional en Argentina. Existen varios proyectos que estaban enterrados como el de Chihuido I y que van tomando forma.
En Brasil los dos proyectos estrella en hidroelectricidad son sin duda los que se encaran en la Amazonia sobre el río Madera, frontera con Bolivia. Las nuevas represas hidroeléctricas de San Antonio y Jiraú tendrán una capacidad combinada de 6.450 MW y algo más de 6,000 MMUS$ y es sin duda el esfuerzo más importante del Gobierno de Brasil, fuera de una serie de proyectos hidroeléctricos menores que se vienen proyectando.
En Colombia se está estudiando nuevamente el proyecto de la represa multipropósito de Cinera donde confluyen los ríos Zulia y Salazar con un potencial de hasta 450 megavatios e inversión cercana a los 500 millones de dólares.
Las represas binacionales de Itaupú y Yacyretá donde Paraguay es un jugador importante vienen siendo ampliadas. El reclamo de este país a sus socios Brasil y Argentina sobre el manejo y el costo de la energía de estos proyectos, sin duda que traerán otra crisis para la integración energética regional.
En Perú el Gobierno evalúa fórmulas e incentivos para que el sector privado opte no sólo por térmicas a gas natural sino para desarrollar un potencial de 60.000 MW. En Bolivia de la mano de ENDE se pretende impulsar proyectos menores de hidroelectricidad para balancear la relación termo hidroelectricidad.
En Costa Rica de la mano de ICE, se impulsa la construcción de cuatro grandes represas hidroeléctricas que son una especie de pilar para garantizar el abastecimiento en los próximos 10 a 12 años. Recientemente inició operaciones la central hidroeléctrica Canalete con capacidad de 17,5 MW. Varios proyectos en
Guatemala, Honduras y otros países centroamericanos son también impulsados, mayormente de la mano del Estado.
En Republica Dominicana se acaba de inaugurar una pequeña central hidroeléctrica sobre el r ío San Juan. En algunos otros países del Caribe se gestan proyectos menores que resultan siendo impulsados por los Estados.
Los altos precios energéticos han forzado a que los Estados impulsen proyectos hidroeléctricos que el capital privado no tiene mucho interés en ejecutarlos de su propia iniciativa. La región tiene gran potencial hídrico, que es fuente de energía limpia, económica y renovable, que con gran responsabilidad social y ambiental y de la mano de los mecanismos
MDL deben ejecutarse para la seguridad de abastecimiento energética regional.