El departamento de comunicación del ministerio que dirige Miguel Ángel Moratinos adelantó ayer que no está prevista ninguna actuación orientada a mediar en la decisión de las autoridades marroquíes sobre el emplazamiento de la central nuclear, si finalmente prosperan las negociaciones abiertas con Rusia para la adquisición de la planta, destinada a producir electricidad.
«Las opciones energéticas de cada país entran dentro de sus políticas soberanas y no vamos a entrar a hacer consideraciones sobre la decisión que adopte Marruecos a este respecto», señalan las fuentes de Exteriores. Lo único que va a hacer el Gobierno español por la vía diplomática en un futuro y si la decisión se confirma, será pedir al Gobierno de Rabat las garantías de seguridad que exige una instalación de esas características.
Fase previa.
«Más allá de eso, si Marruecos tiene opción de instalar una central nuclear es su decisión soberana y hay que respetarla», reiteran desde el Ministerio. En todo caso, Madrid considera que de momento no cabe iniciar ninguna acción diplomática puesto que la eventual instalación de una central nuclear en Sidi Boulbra -entre Agadir y Casablanca- está todavía su fase previa. «Hasta que no se concrete, no caben más declaraciones», señalan las citadas fuentes.
Exteriores asegura que la intención de Marruecos de comparar a Rusia el material para construir una planta de energía nuclear en su costa occidental no se abordó en la reciente Reunión de Alto Nivel (RAN) hispano-marroquí celebrada en Rabat los días 5 y 6 de marzo, a la que no fue invitada ninguna representación del Gobierno de Canarias. «Como tal no cabe en la agenda de la RAN porque se trata de una cuestión de relaciones bilaterales entre Marruecos y terceros países», apuntan desde el Ministerio.
La tranquilidad con que el Gobierno central afronta este asunto contrasta con la luz de alerta roja que se ha encendido entre las autoridades del Archipiélago. El Ejecutivo autónomo y los partidos coinciden en exigir a Madrid que reclame a Rabat garantías de seguridad si finalmente acepta instalar la planta nuclear rusa a menos de 400 kilómetros de Canarias.
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