Una delegación rusa intenta vender hoy una central nuclear a Marruecos.
Maamaar estuvo en Moscú en septiembre pasado y ahora los rusos le devuelven la visita y le proponen además colocar en Sidi Boulbra, un lugar al que se desplazarán, un VVER-1000, un reactor de agua a presión desarrollado a principios de la década de los ochenta. Un modelo similar funciona en Finlandia desde hace 30 años sin haber dado problemas. Su precio ronda los 1.500 millones de euros, mucho más barato que el de sus competidores francés o estadounidense, que maniobrarán para evitar que Rabat adquiera tecnología rusa.
Marruecos, que posee ya en Maarmora un reactor experimental fabricado por la norteamericana General Electric, no se atreve a anunciar que va a apostar por la energía nuclear civil. De ahí las declaraciones contradictorias. El ministro de Energía, Mohamed Butaleb, niega "tener la intención de construir una central termonuclear", pero Yunes Maamaar le desmiente. "La decisión está tomada, pero la génesis de un proyecto nuclear es muy larga", declaró en mayo pasado. La central no entraría en funcionamiento hasta dentro de nueve años.
Argelia se prepara
La próxima convocatoria de un concurso por parte de Marruecos incitará probablemente a Argelia a hacer otro tanto, si es que no se le adelanta. El vecino argelino dispone ya de dos reactores experimentales, uno argentino y otro chino. El presidente, Abdelaziz Buteflika, recordaba la semana pasada, en declaraciones a este periódico, que "Argelia sólo se plantea el uso de la energía nuclear con fines pacíficos".
Consciente de que el programa argelino puede ser económicamente más jugoso, porque las arcas del Estado rebosan de petrodólares, el ministro del Interior y candidato presidencial francés Nicolas Sarkozy declaró a principios de mes: "Deseo proponer a Argelia, antes que a otros Estados, ayuda para que desarrolle una capacidad nuclear civil a cambio de una asociación en la explotación del gas".
Recelos e intereses de España
El posible uso por Marruecos de tecnologías nucleares no occidentales ha causado siempre cierta alarma en España. A finales de los noventa, Rabat mantuvo contactos con Pekín con vistas a la instalación de una desaladora con tecnología nuclear en Tan Tan, en la costa sur del país. El proyecto no prosperó."A 200 kilómetros de Canarias y situada en un territorio sísmico, [la planta desaladora] aparece como una enorme y grave amenaza para el archipiélago y sus habitantes", advertía hace años el Gobierno autónomo en una página web. Su consejero de Industria, Lorenzo Suárez, se desplazó entonces a Rabat para ofrecer una alternativa consistente en construir una desaladora que funcionase con energía eólica. Podía potabilizar 5.000 metros cúbicos diarios, un 38% menos que la planta china.No todos en España, sin embargo, han visto con malos ojos el desarrollo de la energía nuclear en Marruecos. Frustradas por no poder construir centrales en su propio país a causa de la moratoria en vigor, las eléctricas españolas han soñado con hacerlo en el vecino del sur para abastecer el mercado español a través de la interconexión en el Estrecho.El apóstol de esta doctrina es Aldo Olcese, presidente de Fincorp Mediación y uno de los empresarios más introducidos en Marruecos. Olcese sedujo a Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, que le encargó en 2005 que sondease a las autoridades españolas sobre su disposición a apoyar tal iniciativa. La acogida no fue muy favorable y el proyecto permanece en vía muerta.
0 comentarios:
Publicar un comentario